Estaba aburrida un sábado por la noche, cansada, con molestias interiores y exteriores, nada me dejaba descansar. Nada me dejaba cerrar los ojos, en especial esas ganas de crear cosas nuevas, de entregarme con pasión a alguien, con amor… pero no entendía que significaba eso, para mi el entregarme era solo un deseo, una lujuria, un pecado… y por ser pecado era mas llamativo para hacer, sentía no excitación, sino adrenalina al temor de ser descubierta, era algo prohibido y mal visto ante los que me rodeaban, pero mi vida se encaminaba hacia otro lugar, hacia un mundo libre, un mundo donde la verdad no es rechazada, un mundo donde la belleza significa igualdad, un mundo donde el amor se encuentra en las maneras mas extrañas posibles, un mundo en donde el miedo no existe.
Como deseaba poder salir de la realidad y sumergirme en ese mundo de fantasías, pero era imposible. Me limite a empezar a escribir y a prender un cigarrillo con un encendedor que no funcionaba bien. Tenia un afán con el equilibrio, aun lo tengo. Me gusta tenerlo todo pero no tener nada al mismo tiempo. Pero ahora no tengo ni uno ni el otro, solo me siento vacía. Una copa de vino, de un mal vino caliente, reposa en mi mano, mientras que el cenicero grita que quite el cigarro de ahí; alcohol, tabaco, mas nunca drogas, aunque no tengo nada contra los que las consumen, no me gusta rodearme de ellas. Y siguen mis adicciones, alcohol, tabaco y sexo. Es la adicción de todo adolescente liberal, y es el pecado de los conservadores.
Pero que entiende el mundo por liberal. Es un termino muy usado y errado en estos días, es un termino que lo usa gente que no tiene ningún rasgo así. Liberal no es aquel que acepta las nuevas ondas y dice no tengo nada contra ellas pero no me les uno, liberal es la masa de jóvenes que sigue sus propias reglas y se sumerge en un juego de vida o muerte, que se arriesga a cometer “pecados” por un poco de adrenalina, el que no se preocupa por lo que los demás piensen de lo que hace y solo lo hace, el que no se pone a divagar de porque el liberalismo, el que no se preocupa del pasado de la persona que ama y solo se preocupa del presente que vive con aquella persona… liberales somos una minoría en esta ciudad, liberales somos los que sabemos pensar con la cabeza y el corazón al mismo tiempo, liberales somos los que sufrimos y no lo dejamos notar, liberales somos los que tenemos noción de lo que hacemos… No es descartar, rechazar o excluir gente en un circulo social, es zurrarte en la gente te caiga bien o te caiga mal, porque es su vida, no la tuya, y si no vives TU vida, simplemente no vivirás plenamente. No es excluir a los que no son liberales y se hacen llamar así, es dejar en claro que su nombre es “mentes abiertas” porque de liberales no tienen un carajo.

Me gusta fumar en el techo. Es una de las cosas que amo de esta casa, mi cuarto se sumerge en un silencio tal que no es percibido por muchos. El solo abrir la ventana y asomarte da ganas de saltar para sentarte en el pequeño trecho de madera que te sirve de auxilio para apoyarte en el pequeño techo de tejas viejas de la terraza del jardín.